La Plaza de España de Sevilla es
el edificio más destacado del Parque de María Luisa, y pertenece a la arquitectura regionalista (caracterizada
por plasmar arquitectónicamente una rasgo particular del lugar y en la que se
emplean modelos arquitectónicos del pasado).
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Plaza de España de Sevilla / Fotografía: Alba Machuca |
Esta monumental plaza fue
encargada al arquitecto Aníbal González (uno de los arquitectos más reputados
de la época que también era arquitecto director del evento) para la Exposición Iberoamericanadel año 1929 que tuvo lugar en la ciudad hispalense. Dicha exposición, como
hemos comentado en otras entradas del blog anteriores, fue la primera
exposición que pretendía mostrar el hermanamiento y las relaciones de unión
entre la Península Ibérica con América e Hispanoamérica y
Estados Unidos y Portugal con Brasil y Macao. Esta obra
arquitectónica fue la más compleja y costosa de toda la Exposición del 29,
debido a su gran dimensión y a la mano de obra que se requería para edificarla.
El 16 de mayo de 1913 se decidió
denominar al plan ideado “Plaza de España” y el 31 de julio de 1914 se aprobó
el proyecto de obra definitivo. Las obras comenzaron en agosto de 1914 para
disminuir el paro obrero que padecía Sevilla entre los trabajadores que se
contrataron para realizar la explanada de la plaza. Para la construcción del
monumento, se siguió un sistema de contratas parciales, condicionadas por la
corta liquidez del Comité.
Aníbal González siempre tuvo
presente que las nuevas construcciones
tenían que permitir una funcionalidad similar a la del Estadio, que
pudieran albergar a una gran masa de público y cualquier tipo de espectáculo.
La primera versión de la plaza, reflejaba una explanada semielíptica, cerrada
en su parte curva con tres pabellones provisionales (el de Industrias
Generales, Actos y Fiestas, y Agricultura), entrelazados por dos pórticos con terrazas a distinta altura. Pero estos
elementos eran independientes y aislados entre sí, por lo que se modificó. Se
disponía también una ría cruzada por ocho puentes, que serviría para separar la
explanada central de un paseo superior que bordeaba las construcciones por su
parte interior. Está ría tendría forma
semielíptica y cortada en el centro del diámetro para comunicar la plaza con el
Parque de María Luisa. Delante del Palacio de Actos y Fiestas se agrandaba la
explanada para albergar una fuente
gigantesca. Como detrás de la plaza discurría el Guadalquivir, dicho proyecto
arquitectónico pretendía simbolizar que España, que mira hacia el río, recibe y
da la bienvenida a las repúblicas americanas, recordando el verdadero motivo de
la celebración de la Exposición Iberoamericana.
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Situación de la Plaza de España / Fotografía: Google maps |
A finales de 1915, el Comité
decidió que uno de los edificios se destinara a sede de la Facultad de Ciencias
de la Universidad de Sevilla, lo que suponía cambiar la construcción. Se acordó
realizar un edificio continuo y permanente que cerrara la plaza por su parte
curva. Por tanto, el diseño definitivo conservaba muchos aspectos del primer
trazado de la plaza pero con algunas modificaciones. La explanada tendría forma
semielíptica, con 186,38 y 93 metros de diámetro y una superficie de 14.668
metros cuadrados. Los puentes de la ría se redujeron a cuatro, denominados de Castilla, León, Aragón y
Navarra, y se construiría una balaustrada de cerámica vidriada que la separaba
del paseo.
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Puentes de la Plaza de España / Fotografía: ojodigital.com |
El paseo tendía una anchura de 25
metros, una leve pendiente para facilitar la visión de los espectadores y se
comunicaba directamente con el Parque a sus extremos, construyendo así dos
nuevos accesos al conjunto. El paseo albergaría cuarenta y ocho bancos, dispuestos
como si fueran palcos, en forma de “U”. En el frente de cada banco se representaría
en cerámica vidriada una escena histórica de cada provincia española y se
instalarían dos hornacinas (hueco en forma de arco, que se suele dejar en el
grueso de la pared maestra de las fábricas, para colocar en él una estatua o un
jarrón, y a veces en los muros de los templos, para poner un altar) para
contener publicaciones referentes a dicha provincia. En el suelo se estamparía
el mapa y en la parte superior se dibujaría el escudo de ésta.
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Banco de la provincia de Madrid (hornacinas, mapa e imagen ilustrativa) / Fotografía: panoramio.com |
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Bancos de la Plaza de España de Sevilla / Fotografía: deviajepor.es |
El ceramista Pedro Navia Campos,
que se encargó de la cerámica vidriada que decoraba la plaza, instaló cuarenta
y ocho medallones de figuras relevantes españolas (sacerdotes, pintores,
académicos, pensadores, poetas…) que rodean la plaza, además de veinticuatro
águilas imperiales con el escudo de Carlos V y cuatro heraldos (mensajeros) de
tres metros de altura que rematan el edificio central.
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Medallón del pintor y artista Sorolla / Fotografía: galeon.com |
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Medallón del gran literario español, Quevedo / Fotografía: sevilladailyphoto |
Se edificó una galería elevada de
seis metros de profundidad rematada con arcos y columnas pareadas, y se instaló
una terraza superior que la recorre en su totalidad. En los extremos del paseo
se levantaron dos torres anexas inspiradas en los alminares de las mezquitas, repletas
de reminiscencias renacentistas y barrocas. Dichas torres tienen influencias de
otras obras renacentistas como la torre
de la Catedral de Córdoba de Hernán Ruíz III. La gran altura de dichas torres rompe
el cielo de Sevilla, y hace que sean dos de las torres más vistosas de la
ciudad hispalense junto con la Giralda, y en la actualidad también junto con la
Torre Pelli, que sigue en construcción.
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Una de las torres de la Plaza de España / Fotografía: Alba Machuca |
Toda la obra está revestida de
ladrillos finos utilizándose una decoración esmerada con cerámica vidriada, ladrillos tallados, hierro
forjado y repujado, madera tallada y mármol labrado. Finalmente la superficie
total del conjunto arquitectónico era de 50091 metros cuadrados.
La dimisión de Aníbal González en
1926 le impidió terminar la dirección de esta obra que recayó en manos de Pedro
Sánchez Núñez. Vicente Traver se proclamó arquitecto director, e introdujo una
desafortunada modificación al monumento con la construcción de una fuente
central, lo que significó la ruptura de la funcionalidad dada a la plaza por su
creador. Para Traver, a diferencia de Aníbal, no era el espacio vacío, que él
destruyó, sino las construcciones. La fuente invita a rodearla mientras
observas los edificios de rica decoración. Así, la mayor obra pública de la
Sevilla contemporánea quedó como una obra ornamental. Traver se encargó de
finalizar el proyecto en 1928.
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Fuente de Plaza de España / Fotografía: wikipedia |
La Plaza de España ha sufrido un importante proceso de restauración que finalizó el 17 de octubre de 2010. En ella, se recuperaron veinte farolas de cerámica y de fundición que se habían degradado con el paso de los años. Además, se volvió a llenar la ría que llevaba durante varios años vacía, y en la actualidad todos los visitantes pueden recorrer en barca dicha ría de la Plaza.
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Farolas de cerámica en la balaustrada de la Plaza de España / Fotografía: flickr.com |
A pesar de que Aníbal González no
terminase esta grandiosa plaza, fue el creador de una de las obras más bellas y
conocidas de la ciudad de Sevilla, y durante la restauración se instaló frente a la
propia plaza un monumento dedicado al arquitecto.
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Monumento a Aníbal González
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Fuentes:
-Catálogo oficial de la Exposición Iberoamericana del 29
-Pérez Escolano, Victor (1996). Aníbal González: Arquitecto (1876-1929).
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